Tuesday, 19 June 2012

Zen y revolucion por monje kosen

" El aprendizaje del zen se parece a la guerrilla : una pequeña parte de nosotros entra en el maquis para luchar contra el poder corrupto, ávido y mentiroso que dirige nuestra vida interior. Esta lucha parece sin esperanza pero aun así la emprendemos y, con conocimiento, mucha perseverancia, hemos visto triunfar a algunos y liberarse de sí mismos.
El Zen del que hablo no es el aprendizaje de una meditación, es un refugio que el hombre posee desde siempre, un refugio de paz y de felicidad que aparece instantáneamente en cuanto se pone en práctica. Todos los seres humanos, sean quienes sean está capacitados para obtener este tesoro, e incluso si practican un solo día, incluso si no toman la postura más que un breve instante, esto tendrá una incidencia y transformará su existencia irremediablemente.
Descubrimos cosas completamente simples pero extraordinarias, como por ejemplo, el sentimiento de exitir. Todos hemos tenido la ocasión de experimentar este sentimiento, tan íntimo que nos parece eterno, inmortal. No nos parace posible que esta fuerza de vida pueda desaparecer, ni siquiera con la muerte. ¿No será esto la naturaleza de Buda?. Descubrirlo no es más complicado que eso. Con frecuencia creemos que las cosas extraordinarias son inaccesibles. Pienso que, originalmente, el mundo es el paraíso, la tierra prometida, que la vocación del hombre es ser el lado visible de Dios. Incluso lo extraordinario funciona de una manera muy simple.
Eliminar de uno mismo las complicaciones, los parásitos, las contaminaciones es suficiente para que la evidencia aparezca. La evidencia no fue inventada por nadie. No fue el Buda quien inventó la evidencia, ni ningún profeta, ni ningún revolucionario. Solo supieron, aveces, percibirla".
(Respuesta del monje Kosen a la pregunta " ¿Qué es el Zen?" durante una entrevista en Radio Nacional de España en junio de 1997.)

¿ Qué es la revolución ?

Si bien es cierto que a través de los verdaderos maestros surgen y se expresan evidencias revolucionarias, para un monje zen, es totalmente indecente esconderse detrás de un ideal revolucionario.
La revolución que hará del nuestro un mundo más evolucionado no puede consistir en enfrentar negros contra blancos, buenos contra malos, pobres contra ricos, perseguidos contra perseguidores... No puede ser así, por más que se trate de los primeros síntomas.
La percepción revolucionaria de un monje zen es mucho más profunda. Por ejemplo, con respecto a la revolución zapatista de Marcos, el resultado es evidente. ¿ Cómo alegrarse de tal fenómeno ? Es fácil para un intelectual detrás de su periódico tomar partido y utilizar para su propio cuerpo la energía revolucionaria de esa pobre gente que arriesga su vida combatiendo. Y en este fenómeno, la juventud, lo que está vivo, lo espontáneo, corre el riesgo de ser aplastado y aniquilado.
Desde hace muchos años es así en toda Sudamérica. Es como destruir un bosque para construir una autopista o un aeropuerto. Lo peor es que, aunque la revolución triunfe, rápidamente se vuelve rígida como el hielo. Los cubanos se escapan nadando hacia los Estados Unidos. Hace treinta años, Mao Tse Tung proclamaba haber ganado la revolución, y hoy el mundo entero espera la revolución de la revolución. Si la revolución de la revolución llega a China, los chinos podrán tomar Coca Cola y tener tarjetas de crédito.
Entonces, ¿ qué actitud tomar ?
¿ No podemos creer en un mundo honesto y libre en donde cada uno se sienta responsable ?
Carlos Castaneda cuenta cómo Don Juan fue enviado por su maestro a trabajar otra vez en la hacienda en la que había sido explotado durante su juventud, en donde casi había perdido la vida, en donde los jóvenes indios eran secuestrados para ser sometidos a la esclavitud. En ningún momento hay en Don Juan un sentimiento de odio. Sólo ser íntegro e impecable con sigo mismo, sólo la práctica interior a partir de la cual los fenómenos son aspirados como en un torbellino.
Si queremos llevar a cabo una revolución tenemos que emplear el arma mágica que nadie puede atrapar ni detener. Para conseguir esta arma hay que trabajar sin descanso sobre sí mismo. Pero no sólo para sí mismo. Los problemas que nos planteamos sobre el mundo no deben ser abordados con un estado de espíritu ordinario sino con el cuerpo entero, con nuestra práctica de zazen. El poder mágico de zazen está más allá de todo lo que podamos controlar.
Cuestionar las propias concepciones revolucionarias es mucho más difícil que apegarse a ellas. Uno llega al silencio, imposible decir algo. Cuando se cuestionan sinceramente las propias concepcionees ya ni siquiera se es revolucionario, uno mismo se convierte en la revolución. La revolución viva y silenciosa. Sentarse firmemente, sin objetivo, quedarse inmóvil. Practicar zazen, kin hin, sampai, las tres posturas fundamentales, y samú, el trabajo cuya meta no es el beneficio personal sino el bien de todos. No pretender que se comprende algo. Dejar que espontáneamente emerja la verdad y la fuerza cósmica de uno mismo, enseñar la libertad profunda y la actitud justa a los demás, no para hacer propaganda, sino para ayudarlos realmente y difundir esta influencia para que el mundo evolucione. Pero el mundo no evoluciona en una dirección conceptual. La verdadera revolución es la apertura de la conciencia y la responsabilización. Simplemente este silencio, esta evolución llevará al mundo entero dentro del torbellino, el torbellino de las cosas en su lugar, porque la naturaleza fundamental de todas las cosas es revolucionaria.

¿ Qué es la libertad ?

No sé...
No podemos saber lo que es la libertad, no pertenece al campo humano. Si digo qué es la libertad, ya no será libertad. No se puede decir : '' Das ist liberté !''. Quedarían aprisionados en una definición. Creo que en América los indios no veían el mundo en términos de libertad, jamás hablaron de libertad. La libertad es una noción de prisionero, no de hombre libre. La verdadera libertad, es lo que es naturalmente. Los indios consideran que la tierra está viva, que es un ser vivo, y cada forma de la tierra es una expresión de su cuerpo. Los indios plantaron semillas, hicieron crecer cereales verduras... criaron y tuvieron manadas de bisontes, de caballos. De hecho, utilizaron lo que había y todo resultó muy bien. Pero siempre mantuvieron un profundo respeto y una comunicación íntima con todo lo que existe, las rocas, las piedras... Cuando vieron llegar a los blancos, arrasar la tierra, y allí...en las formas de la tierra, ¡Boom!... (movimiento contundente con la mano), arrancaron, plantaron todo derechito, hicieron campos bien cuadrados... Para ellos era un asesinato. Entonces los indios dijeron : ``¿ No ven ? Están hiriendo la tierra, la están destruyendo´´. Estaban muy impresionados: `` Va a traer mala suerte´´ Porque la tierra puede dar felicidad o desdicha. Nunca un indio pensó en términos de libertad. Piensan en la interdependencia, en vivir en armonía con las cosas que existen. Es algo evidente, no vale la pena explicarlo. En interdependencia con las realidades, no solamente con los árboles, las montañas, sino también con los demás hombres. No hay libertad, no existe. Hay una interdependencia, un respeto, un intercambio armonioso o no. Es todo. La libertad es una aspirina para esclavos. 
EL LIBRO 

Saturday, 16 June 2012

Issa Kobayashi : haikus

    
Reseña biográfica

Seudónimo del escritor japonés Kobayashi Nobuyuki, nacido en Kashiwabara, antigua provincia japonesa de Shinano, en 1763.
Huérfano de madre desde muy pequeño, su infancia transcurrió en un medio hostil debido a problemas con su madrastra. A partir de los catorce años, apoyado por su padre, se radicó en Edo, actual Tokio, donde tuvo los primeros contactos con el haiku.
Inspirado en los poetas Mizoguchi Sogan y Norokuan Chikua, escribió los primeras poemas bajo los seudónimos de Kobayashi Ikyo o Nirokuan Kikumei.
En 1795, reconocido ya como excelente poeta, publicó su primer libro de poemas "Tabishui",  adoptando Kobayashi Issa como su nombre poético definitivo.
Después de viajar por diferentes ciudades japonesas trabajando duramente para subsistir, se afincó en Kashiwabara, contrajo matrimonio en tres ocasiones, perdió a cuatro de sus hijos y finalmente murió en medio de la pobreza en el invierno  del 1827.

Algunos Haikus :
Voces
Para el corazón
que no duda,
las blancas flores del ciruelo.
* * *
Las flores han caído:
ahora nuestras mentes
están tranquilas.
* * *
Mientras dormía profundamente,
muy fatigado,
la primavera tocaba a su fin.
* * *
El mendigo
tiene el cielo y la tierra
como ropa de verano.
* * *
Silencio:
una hoja se hunde
en el agua clara.
* * *
La noche es larga;
el sonido del agua
dice lo que pienso.
* * *
Escuchamos los insectos
y las voces humanas
con distintos oídos.
* * *
El año se va:
oculto mis canas
a mi padre.


Primavera
En cada puerta,
La primavera ha empezado
Con el barro en los zuecos.
* * *
La primavera ha llegado
Con toda sencillez:
Un ligero cielo amarillo.
* * *
Cuando envejecemos,
Incluso la duración del día
Es causa de lágrimas.
* * *
Click, clack,
El hombre se acerca en la niebla. -
¿Quién es?
* * *

También hoy, también hoy,
Viviendo en la niebla,
Una pequeña casa.
* * *

Un día de niebla y bruma:
Sin duda los Habitantes del Paraíso
Están aburridos y lánguidos.
* * *
¡Flores de cerezo en la noche!
Cómo ángeles
Descendiendo del cielo.
* * *
Después de que oscureciera
Quise cambiar
La manera cómo lo injerté.
* * *
Una hermosa cometa
Se alza desde
La barraca del mendigo.
* * *
La urraca
Se limpia sus patas lodosas
En las flores del ciruelo.
* * *

Pequeño gorrión,
Apártate, apártate del camino,
El señor Caballo se acerca.
* * *

Un exhausto gorrión
En medio
De un montón de niños.
* * *

Echar arroz también
Es un pecado:
Las gallinas se pelean entre ellas.
* * *

El cervato
Se quita de encima a la mariposa,
Y sigue durmiendo.
* * *

La mariposa revoloteaba
Como desesperada
De este mundo.
* * *
La mariposa voladora:
Yo me siento
Una criatura del polvo.
* * *

No parece
Muy ansioso por florecer,
Este ciruelo en la puerta.
* * *

Nosotros, seres humanos,
Retorciéndonos entre
Las flores que se abren.
* * *
¡Qué extraño,
Estar tan vivo
Bajo las flores del cerezo!
* * *

Flores esparciéndose :
El agua que queremos beber,
En la niebla, lejos.

En la caída de las flores,
No ven ningún Buda,
Ninguna Ley.
* * *
Bajo la luna y las flores
Cuarenta y nueve años
De infructuoso vagabundeo.
* * *
Simplemente confía:
¿No revolotean así
También los pétalos?


Verano
Pobre, pobre, sí, pobre,
La más pobre de las provincias,
Siente este frescor!
* * *

No tengo nada, -
¡Más que esta tranquilidad!
¡Este frescor!
* * *

Ha puesto al niño a dormir,
Y ahora lava la ropa;
La luna de verano.
* * *
Sólo su sonido, -
Pero era una noche
Con un chaparrón de verano.
* * *

Desnudo,
Sobre un caballo desnudo
Bajo la lluvia torrencial.
* * *

Mi pueblo natal,
Estrujado por los bambúes,
Bajo las lluvias de verano.
* * *

Sólo una pequeña cascada,
Pero su sonido
Refresca la noche.
* * *

El cambio de ropa;
Cuidado con la cabeza
En esa puerta!
* * *

El cambio de sirvientes;
Allí donde esté,
Las mismas flores del ciruelo.
* * *
El frescor de la noche,
Consciente de que la campana
¡Toca a muerte nuestras vidas.
* * *

El camino a Shinano;
Más alto y aún más alto
El canto de los plantadores de arroz.
* * *

A la sombra de un matorral,
Una mujer sola
Canta la canción de los plantadores.
* * *
Amamantando al niño en la cama,
La madre cuenta
Las mordeduras de las pulgas.
* * *

Mi cabaña es tan pequeña,
Pero, por favor, practicad vuestros saltos,
Pulgas mías!
* * *

Golpeando a la mosca,
Golpeo también
Una planta, en flor.
* * *
Todo está bien en el mundo;
Deja que otra mosca
Se pose en el arroz.
* * *

Un ser humano,
Una mosca,
En una espaciosa habitación.
* * *

"Hago Mi Aparición,
Yo, el Sapo,
Emerjo de Mi Matorral."
* * *
Esta mañana, un cielo rojo
Para ti, caracol :
¿Estás contento?
* * *

¿Cuándo llegó aquí,
Junto a mí,
Este caracol?
* * *

"La peonía era así de grande,"
Dice la niña,
Abriendo sus brazos.
* * *
Abriéndose paso entre la multitud,
Una amapola
En su mano.


Otoño
¿De quién es pues,
Hijos míos,
Esta roja, roja luna?
* * *

La brisa del otoño;
Se abren las flores escarlatas
Que la niña muerta quiso coger.
* * *

"No tendré nada más que ver
Con este sórdido mundo",
Y el rocío desaparece.
* * *
De las blancas gotas de rocío,
Aprende el camino
Hacia la Tierra Pura.
* * *

Visitando las tumbas:
El viejo perro
Va delante.
* * *

¡La gente, ya se sabe!
Pero ni siquiera los espantapájaros
Están rectos.
* * *
Saltamontes,
No hagas pedazos
Las perlas del brillante rocío.
* * *

El anciano perro
Parece impresionado por el canto
De las lombrices bajo tierra.
* * *

Los dondiegos;
En los rostros de los hombres
Hay defectos.
* * *
La débil planta,
Al fin,
Tiene una vacilante flor.
* * *

Una simple hoja de la paulonia
Ha caído lentamente,
Esta mañana.
* * *

Nísperos silvestres,
La madre come
La parte amarga.
* * *
¡Qué grande, qué hermosa,
la castaña
A la que no pude llegar!
* * *
El ciruelo de mi cabaña;
No pudo evitarlo,
Floreció.


Invierno
El anterior morador:
Sé muy bien
Todo el frío que pasó.
* * *

Al llegar a la puerta,
La campana del Templo Mii
Se queda helada.
* * *

Aún así, aún así,
Sumiso ante el Más Allá,
El fin de año.
* * *
La luna creciente
Está torcida y encorvada
Penetrante es el frío.
* * *

En la tempestad del invierno,
Alguien llama al masajista
En vano.
* * *

Sencillo y sincero,
El criado también
Barre la nieve de la puerta vecina.
* * *
Bajo la fría lluvia,
Por amor a los demás,
¡Ten Piedad Buda!
* * *

Este fuego de carbón;
Nuestros años decaen
Igual.
* * *

Música sagrada en la noche;
Hasta las hogueras
Caen revoloteando las hojas teñidas.
* * *
La gente es poca;
Una hoja cae aquí,
Cae allí.