La guardia del demonio de Mara Mucho antes de todo ello, Mara, el tentador sobrenatural del budismo, envió a un demonio llamado «Ojo Rojo» para que vigilase el árbol bodhi bajo el que, según la profecía, un bodhisattva aspiraría a la condición de Buda. Durante siglos Ojo Rojo vio pasar a mucha gente por el árbol bodhi sin advertir nada inquietante, pero un día acudió muy agitado a la presencia de Mara, que le preguntó: «¿Qué pasa?» El demonio Ojo Rojo contestó: «Señor, he visto pasar a miles de personas cerca del árbol bodhi sin ver nada de lo que informar, pero ahora hay un hombre que se acerca al árbol con una forma de caminar que me hace creer que cumplirá cuanto se proponga. Cuidado, Majestad, con lo que pueda suceder».
Hoy, hoy, hoy «Camina hacia tu cojín de meditación al igual que caminó el futuro Buda hacia el árbol bodhi, diciendo: "Hoy, hoy, hoy"». THE MIDDLE WAY (REVISTA DE LA BUDDHIST SOCIETY)
Tres tentaciones Mara envió tres tentaciones para frustrar la búsqueda de Siddhartha. La primera fue el deber. «Vuelve a tu reino -conminó a Siddhartha-, que ya has hecho bastante». La segunda fue el placer sensual, en la forma de las tres irresistibles hijas de Mara. Como tampoco funcionaba, Mara mandó a sus hijos, tres demonios que siembran el miedo dentro del corazón humano, y estos atacaron a Siddhartha con terremotos y lluvias de piedras. Las tentaciones de Mara representan los tres grados de emancipación por los que debe pasar el ser humano antes de la liberación: del deber, del deseo sensual y de la protección irracional de sí mismo y del miedo.
La derrota de Mara Al final Mara exclamó: «¡Levántate de este asiento que es mío!» Siddhartha, impertérrito, tendió la mano hasta tocar el suelo, invocándolo como testigo del mérito de sus vidas anteriores, y la tierra tronó: «¡Testifico por el futuro Buda!» Mara había sido derrotado.
La triple comprensión Durante la primera parte de la noche Siddhartha entendió que el sufrimiento tiene causa, y expresó esa comprensión. Durante la parte central de la noche entendió cómo destruir el sufrimiento y expresó esa comprensión. Por último, durante la tercera parte de la noche, describió cómo se alcanza la iluminación «en el mismo momento en que el sol iluminaba el cielo».
La iluminación Después de cuarenta y nueve días de meditación, durante la última parte de la noche Siddhartha despertó, como de un sueño, y estaba iluminado. Según la tradición del norte, al darse cuenta de su condición de Buda exclamó: «¡Qué maravilla! ¡Qué milagro! Todos los seres poseen plenamente la sabiduría y el poder del Tathagata (Buda). Por desgracia, los seres humanos no son conscientes de ello, a causa de la persistencia de sus apegos».
Clarividencia «Antes de la iluminación todas las cosas del mundo exterior son engañosas y nos confunden. Después de la iluminación lo vemos todo como sombras chinescas, y todas las cosas objetivas pasan a ser amigos útiles». MILAREPA. TÍBET
Inamovible «Como una roca de masa sólida, a la que no afecta el viento, ni las formas visibles, ni los sonidos, ni los olores, ni los sabores, ni las impresiones físicas, ni lo que se desea, ni lo que no se desea, pueden hacer caer a quien se le parezca. Su mente es firme, y la liberación está ganada». ANGUTTARA NIKAYA
. Con el alba En ese momento de la cuarta parte de la noche, al romper el alba, todo lo que se mueve y lo que no se mueve quedó en silencio, y el gran vidente llegó al estadio que no conoce alteraciones... el estadio de la omnisciencia». ASVAGHOSA. INDIA
La alegría del mundo «Cuando él supo esta verdad como Buda, la tierra osciló cual si estuviera ebria de vino, los cuartos brillaron con la luz de muchos siddhas y en el cielo resonaron poderosos tambores. Soplaron dulcemente suaves brisas, llovió humedad de un cielo despejado y de los árboles cayeron flores y frutas, como si todo fuera en su honor». ASVAGHOSA. INDIA
En todas partes «En ese momento nadie sucumbió a la ira, ni enfermó, ni experimentó molestia alguna; nadie recurrió al pecado en sus acciones, ni pensó con intemperancia; el mundo se volvió plácido como si hubiera llegado a la perfección». ASVAGHOSA.INDIA
Libertad «Erré a través de la existencia por muchos nacimientos, buscando en vano al constructor de esta casa. El nacimiento repetido es triste. ¡Oh, constructor! Ya se te ve. No erigirás más casas. Se han roto todas tus vigas. Tu parhilera está hecha pedazos. La mente alcanza lo no condicionado. Se ha llegado al final de los anhelos». DHAMMAPADA
Gratitud Buda pasó siete días contemplando agradecido el árbol bodhi. Después pasó una semana debajo de la higuera de Bengala ajapana, otra bajo el árbol mucalinda y otra bajo el árbol rajayatana. Toda la naturaleza se regocijó y particípó en el esfuerzo de Buda, y en el futuro de su iluminación.
. Victoria eterna «Ningún dios o demonio puede convertir esta victoria en derrota». DHAMMAPADA
En paz «Mi mente enmudece en una vasta luz sin fin, soledad de gozo y paz mi corazón». SRI AUROBINDO. INDIA
El mayor guerrero «Aunque un hombre venza mil veces en batalla a otros mil hombres, quien se vence a sí mismo es el mayor guerrero». DHAMMAPADA
Diálogo con un brahmán
Preguntó a Buda un brahmán:
-¿Eres un dios?
-No, brahmán-dijo Buda.
-¿Eres un mago?
-No, brahmán-dijo Buda.
-Entonces ¿qué eres?
-Alguien despierto.
Conocer la realidad «El mayor de los hombres es quien conoce la realidad del nirvana, ha destruido las causas del renacimiento y ha roto todas las ataduras». DHAMMAPADA
La reticencia del maestro Al principio Buda era reacio a enseñar lo que había aprendido, creyendo que la gente no lo entendería, pero los dioses Brahma e Indra le pidieron que transmitiese sus descubrimientos, explicando que «aquellos cuyos ojos sólo cubren algo de polvo» sí lo entenderían. A pesar de sus dudas, Buda, recién iluminado, se dejó convencer.
El primer giro de la rueda Buda se reunió con sus cinco discípulos ascéticos en el parque de los ciervos de Sarnath, donde pronunció su primer sermón ante todos los seres vivos del universo. Los cinco discípulos se dieron cuenta enseguida de que estaban en presencia de un gran ser, de un Buda en toda su plenitud. El sermón de Buda versó sobre el Camino Medio, las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Óctuple. A veces este sermón recibe el nombre de «primer giro de la rueda del Dharma» y se suele representar con ciervos y una rueda.
En cabeza Buda enseño durante cuarenta y nueve años. Adoptó el lenguaje de los que querían escucharle, sin distinciones de castas. Entre sus discípulos (muchos, llevados a la liberación) hubo hombres y mujeres, reyes, príncipes e incluso asesinos. Todos eran aceptados y ordenados en las órdenes monásticas.
La nube excelente «Cuando Buda les ayuda a cruzar sanos y salvos el mar del ser ficticio, es un piloto, un guía incomparable para los que han empezado su viaje. Es la nube excelente que vierte la lluvia fresca de la vida con sentido. Es el rey de los médicos, que cura la enfermedad de los tres venenos. Es la lámpara brillante que disipa la oscuridad de la pérdida de la conciencia pura. Es el árbol que cumple los deseos, fuente de la felicidad de todos los seres vivos. Es los rayos incontables del sol de la gran bondad. Es la luna, con su blanca luz de prosperidad y alegría que borra las penas». LONGCHENPA. TÍBET
El camino y el sendero «Por un lado, la entrega a los placeres sensuales, vil, común, vulgar, impura. Por el otro, el tormento infligido a sí mismo, doloroso, impuro, sin provecho. Ambos extremos los ha evitado el Perfecto. Él ha encontrado el Camino Medio, que permite ver y saber, y que lleva a la paz, el buen criterio, la iluminación y el nirvana. Es el Noble Sendero Óctuple, la vía que conduce a la extinción del sufrimiento, es decir: recta comprensión, recto pensamiento, rectas palabras, recta acción corporal, rectos medios de vida, recto esfuerzo, recta atención y recta concentración». DEL CANON PALI
El sermón del fuego Algunos meses después de su iluminación, cuando vivía en Gaya, Buda pronunció el famoso sermón del fuego: «Todo arde. ¿Y qué es el todo que arde? Los fenómenos anticipados por el pensamiento arden de carencia, ira y engaño. Viendo la causa, y detestando el sufrimiento, el discípulo noble queda en calma. Cuando ha pasado la tormenta, el discípulo sabe que ya no es necesario padecer el caos». ADITTAPARIYAYA SUTTA
Muerte de Buda El herrero Chunda regaló una fuente de comida a Buda, que a la sazón tenía ochenta años. Sospechando que era peligrosa, Buda pidió que sólo se la sirvieran a él y enterraran el resto. Poco después de comerla, enfermó. Consciente de que se aproximaba la hora de su muerte, se acostó del lado derecho con la cabeza hacia el norte.
Última enseñanza Las últimas palabras de Buda fueron: <b>«Nada compuesto es permanente. Persistid con atención».
</b>
El último viaje Según el Digha Nikaya, a su muerte Buda alcanzó los cuatro niveles de la concentración meditativa e ingresó en la esfera del espacio infinito, seguida por las esferas de la conciencia infinita, la nada y lo que no es percepción ni no percepción. Por último llegó al final del sentir y el percibir, el Parinirvana (nirvana final).
Liberación «La moralidad, la concentración, la sabiduría y la liberación final. Todas estas cosas gloriosas llegó a conocerlas Gautama. A sus monjes les enseñó a conocer el Dharma que él penetraba. Aquél cuya visión puso fin a las tribulaciones se ha ido al nirvana final
Impersonalidad «Existe el mero sufrimiento, y no se encuentra a quien sufre; los actos son, pero no hay quien actúe; el nirvana es, pero no el hombre que accede a él; el camino es, pero en él no se ven caminantes». BUDA
Causalidad «La cadena de doce eslabones de la causalidad representa los estados de la mente y del corazón provocados por los Tres Fuegos del deseo, la ira y el engaño. Estas pasiones, que en realidad son impersonales, pueden arrastrarnos a causa de nuestro apego y de la ilusión del "yo". En último término, este proceso desemboca en el sufrimiento y el renacimiento. Es lo que expresan los Tres Signos del Ser: el sufrimiento, la no permanencia y el no-yo. Sin embargo, no existe ningún estado permanente, ni siquiera el más doloroso o placentero. La práctica puede llevarnos a la auténtica liberación del sufrimiento en el nirvana, el estado no condicionado, donde ya no hay un "yo" que se apegue, sufra o se deje arrastrar». THE MIDDLE WAY (REVISTA DE LA BUDDHIST SOCIETY)
. La cadena de doce eslabones La Rueda de la Vida ilustra los seis reinos de la existencia, el cautiverio de los seres sensibles en ciclos sin fin. Es una imagen que sintetiza todas las formas de vida posibles. Las seis partes representan los seis ámbitos de renacimiento que aparecen en el Libro Tibetano de los Muertos. El borde de la rueda contiene doce pequeñas imágenes que simbolizan la cadena de la causalidad, con sus doce eslabones. Yama, el Señor de la Muerte, aparece sujetando la rueda. El objetivo final es acabar con el ciclo del renacimiento. En tanto que transformador, Yama encarna lo transitorio del proceso.
Los tres fuegos El deseo, la ira y el engaño son fuerzas negativas, pero tambien representan la energía y majestad de la naturaleza-buda en su estado elemental. La práctica del budismo consiste en tomar conciencia de estas pasiones y calmarlas hasta que se transformen en alegría, calidez, generosidad, energía y sabiduría. Una vez que nos hayamos familiarizado con estas fuerzas, podremos encauzarlas y transformarlas.
Los tres signos del ser Buda dijo que todo lo que vive comparte tres características: el sufrimiento (dukka), la no permanencia (anicca) y el no-yo o ausencia de yo o de alma (anatta)
Estados y reinos Las seis divisiones de la Rueda de la Vida simbolizan los estados del ser en el samsara, el mundo del renacimiento. Son, desde arriba y en el sentido de las agujas del reloj, los Reinos Celestes, los Demonios Luchadores, los Fantasmas Hambrientos, los Infiernos, el Reino de los Animales y el Reino Humano. La liberación sólo es posible desde este último.
El centro de la rueda En el corazón dinámico de la rueda de la vida aparecen una serpiente, un gallo y un cerdo, que se comen o vomitan mutuamente. Estos animales simbolizan respectivamente el odio, la codicia y la ignorancia.
Una sola cosa «Yo enseño una sola cosa: el sufrimiento y el final del sufrimiento». BUDA (ANURUDDHA SUTTA)
La Primera Noble Verdad El sufrimiento existe, y todos los estados de los seres son esencialmente insatisfactorios.
Sufrimiento por doquier «Esta es la Noble Verdad del sufrimiento. Nacer es sufrimiento, envejecer es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, la unión con lo desagradable es sufrimiento, la separación de lo agradable es sufrimiento, no obtener lo que se quiere es sufrimiento». DHAMMACAKKAPPAVATTANA SUTTA
Al interior «Todo posee una naturaleza ilusoria y efímera. Los que tienen una percepción dualista ven el sufrimiento como felicidad. Son como los que lamen miel del filo de una navaja. ¡Qué lástima dan los que se aferran a la realidad concreta! Volcad vuestra atención al interior, amigos» NYOSHUH KHEN RIMPOCHE. TÍBET
La Segunda Noble Verdad Todo sufrimiento y renacimiento tienen como causa el anhelo de existencia, de no existencia o de placer.
Nunca libres «Aunque idealicemos la libertad, en lo que toca a nuestras costumbres estamos totalmente esclavizados». SOGYAL RIMPOCHE. TÍBET
Inútil «El que ha conseguido lo que quiere no suele ser feliz, ya que descubre, por lo general, que en esta tierra de deseos que nunca pueden colmarse del todo el camino no lleva muy lejos». JOSEPH CONRAD. POLONIA/INGLATERRA
El río del ansia «Como un río que cuando está crecido inunda pueblos, barrios, ciudades y países, el ansia fluye constantemente por la reexistencia y la reconversión. Como el combustible que mantiene el fuego, el combustible del ansia mantiene el fuego de la existencia. [...] Hace y rehace el mundo. El renacimiento depende de los deseos de la vida. Es la fuerza motivadora que hay detrás de la existencia presente, pero también de cualquier existencia pasada y futura». PIYADASSI THERA. SRI LANKA
La Tercera Noble Verdad La extinción del deseo pondrá fin al sufrimiento y al renacimiento.
Sin poder real «Enemigos como el ansia y el odio no tienen brazos, piernas ni demás. No son valientes ni sabios. ¿Cómo pueden haberme esclavizado?». SANTIDEVA. INDIA
La Cuarta Noble Verdad Existe una manera de renunciar a la constante agitación del deseo: el Noble Sendero Óctuple.
Enfermedad y cura «La verdad del sufrimiento es comparable a una enfermedad, la verdad del origen del sufrimiento a la causa de la enfermedad, la verdad de la extinción del sufrimiento a la cura de la enfermedad, y la verdad del Sendero a la medicina». VISUDDHIMAGGA
La ayuda del cirujano «Buda es el médico incomparable, el cirujano supremo. Es un sanador sin rival». PIYADASSI THERA. SRI LANKA
Causa y efecto «La felicidad que deseamos y el sufrimiento que rechazamos son el resultado de una serie de causas y condicionantes. Las Cuatro Nobles Verdades versan sobre la comprensión de este mecanismo causal del sufrimiento y la felicidad». SU SANTIDAD EL 14º DALAI LAMa
El camino de la liberación Según Buda, el Noble Sendero Óctupe no es fácil de recorrer. Exige recta visión, recto pensamiento, rectas palabras, recta acción, rectos medios de vida, recto esfuerzo, recta atención y recta concentración.
La tela del Sendero El Noble Sendero Óctuple también puede representarse como una rueda, o como una tela, al igual que la vida: con pliegues, pero de una sola pieza. Atañe a todo lo que hacemos, todo lo que pensamos y todo lo que somos. Al dar forma a nuestras vidas con percepciones, pensamientos, palabras y actos, determinamos la naturaleza de cada vida nuestra, con consecuencias buenas o malas.
Distintos elementos La recta visión y el recto pensamiento están considerados como el elemento de «sabiduría» del Noble Sendero Óctuple. Los siguientes tres elementos -rectas palabras, rectas acciones y rectos medios de vida- guardan relación con la moralidad o el «comportamiento disciplinado». Los últimos tres elementos -recto esfuerzo, recta atención y recta concentración- pertenecen a la meditación. La auténtica expresión del Noble Sendero Óctuple es ver el mundo tal como es (sabiduría), actuar de acuerdo con la situación real en todo momento (moralidad) y estar centrado en lo que se hace en cada momento (meditación).
79. Recta visión Nuestra manera de percibir las cosas condiciona nuestros actos. El resultado de nuestras acciones puede ser neutro, feliz o doloroso. La recta visión es comprenderlo a fondo.
Recto pensamiento Si vemos el mundo tal como es, nuestros pensamientos lo reflejarán. Pero estamos llenos de ideas sobre el «debería», el «tiene que » y el «convendría», e intentamos que el mundo cuadre con nuestra visión individual de la realidad. También somos intransigentes, y sentimos rencor. La consecuencia son pensamientos airados o codiciosos.
Rectas palabras Si en nuestro modo de hablar los unos con los otros conseguimos ser a la vez sobrios y sinceros, nuestra propensión natural a coger lo que queremos de la vida no se apoderará de nosotros con consecuencias nefastas.
Recta acción Si vemos el mundo tal como es, y así se refleja en nuestros pensamientos y palabras, habrá armonía en nuestros actos. Pero al sentir nuestro vacío espiritual e intentar colmarlo con cosas externas, nuestras acciones, lejos de ser desapasionadas, se ven distorsionadas por emociones como la ira y el deseo.
Rectos medios de vida Si evitamos colmar el vacío espiritual con palabras, acciones y trabajo, podremos elegir un trabajo que satisfaga al corazón, lo cual potenciará la armonía social y dejaremos de tomarnos demasiado en serio.
Estar presente Los elementos meditativos del Noble Sendero Óctuple (esfuerzo, atención y concentración) apuntan a una práctica que con el tiempo elimina el sentido del «yo »y de lo «mío», fuente de todos nuestros sufrimientos. La práctica budista permite transformar las emociones negativas en calor, energía y la irradiación de la conciencia.
Recto esfuerzo Cultivar el recto esfuerzo nos ayuda a entregarnos enérgicamente a cada nuevo día, por difícil que sea, y a no arredrarnos ante los retos de la vida.
Recta atención Sin atención es imposible la práctica budista. ¿Cómo podríamos familiarizarnos con la vida interior y abrirnos a nuestro entorno?
recta concentración La práctica de la meditación nos ayuda a alcanzar el silencio interior. De ese modo tomamos conciencia de nuestros cuerpos, sensaciones, percepciones y pensamientos. Con esta familiarización empieza la práctica.
Cómo hay que ser «El que es tolerante como la tierra, firme como una columna y claro como un lago de montaña nunca renacerá». DHAMMAPADA
La parábola de los peregrinos Al llegar a la orilla de un río, dos monjes peregrinos vieron a una joven muy bien vestida que no sabía qué hacer porque el río bajaba crecido y no quería mojarse la ropa. Uno de los monjes cargó sin más con ella y al llegar al otro lado la dejó en el suelo. Los dos monjes siguieron su camino. Después de un rato, el otro monje dijo bruscamente: «No puede estar bien tocar a una mujer. Tener contacto estrecho con mujeres va contra nuestros votos. ¿Cómo puedes infringir los preceptos monacales?». El monje que había transportado a la joven no decía nada, pero al final, en vista de que su compañero no se cansaba de perorar sobre lo mismo, comentó: «Yo la he dejado en el río, pero tú aún la llevas encima».
Claridad interna «La recta comprensión consiste en entender las cosas como son, no como parecen. Significa examinarse y observarse a sí mismo». PIYADASSI THERA. SRI LANKA
Apartar el pensamiento «Y yo os digo que este nacimiento (de dios realizado en el alma) no se puede experimentar sin un grandísimo esfuerzo. Este nacimiento no se puede alcanzar sin apartar completamente el pensamiento de las cosas». MAESTRO ECKHART
Una necesidad de nuestra época «La recta comprensión es más necesaria que en ningua otra época para guiar a la humanidad a través de la confusión de la vida». PIYADASSI THERA. SRI LANKA
Muchos vehículos Yana es una palabra sánscrita con un amplio abanico de significados, uno de los cuales es «vehículo». La palabra «Mahayana», nombre en sánscrito de la tradición budista del norte, se puede traducir como «Gran Vehículo», e «Hinayana» (la tradición Theravada, propia del sur) como «Pequeño Vehículo». El término yana recoge la metáfora de la práctica espiritual budista como un camino o un viaje: el «vehículo» lleva al iniciado por el «camino» elegido. En el Sutra del Loto, Buda dice: «Sólo hay un vehículo (Ekayana), el vehículo Buda (Buddhayana), el camino de Buda».
Hacia la seguridad «He aquí el refugio seguro, el refugio definitivo; acogiéndonos a este refugio en verdad que somos libres de cualquier sufrimiento». DHAMMAPADA
Aprehender «El hombre que ignora el principio de la agitación en todas las cosas, la naturaleza intrínseca del sufrimiento, se disgusta ante las vicisitudes de la vida, porque no ha enseñado a su mente a ver las cosas como son de verdad». PIYADASSI THERA. SRI LANKA
Responsabilizarse «Por nosotros se hace el mal, y por nosotros sufrimos. Por nosotros se deja sin hacer el mal, y por nosotros nos purificamos. La pureza y la impureza son de incumbencia personal. Nadie puede purificar a otra persona». DHAMMAPADA
Impermeable «Como la lluvia no entra en una casa bien techada, así no entra el ansia en una mente bien entrenada». DHAMMAPADA
Todo es mental «El descubrimiento del budismo, que sigue siendo revolucionario, es que la vida y la muerte sólo están en el pensamiento. El pensamiento aparece como la base universal de la experiencia». SOGYAL RIMPOCHE. TÍBET
La gran ley Buda no enseñó que el universo lo hubiera creado un dios, sino que habló de una gran ley (el Dharma) que impregna todo lo existente. Viviendo de acuerdo con esta ley, y soportando el sufrimiento sin huir de él, podemos conquistar la auténtica sabiduría y la auténtica compasión, es decir, la liberación definitiva del sufrimiento.
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Dos palabras, dos sentidos La palabra que designa las enseñanzas budistas es Dharma en sánscrito y Dhamma en pali. El Dharma o Dhamma no abarca sólo las enseñanzas, sino la ley universal inherente a todas las cosas, y que les da su forma. En minúscula, dharma y dhamma indican los elementos mínimos de la existencia que componen un momento de conciencia, como el calor de una habitación, los ruidos de fondo, el regusto de la naranja que se acaba de comer, el olor del incienso y lo que se piensa. Todos estos datos son dharmas o dhammas. Están sometidos a un movimiento continuo y palpitante, en el que unos empiezan a ser y otros dejan de ser, aunque nosotros los experimentemos como una realidad continua.
El «Dhammapada» Traducido como «Camino del Dharma», el Dhammapada, que contiene respuestas a preguntas hechas a Buda en forma de 423 versículos divididos en 23 categorías, ha sido descrito muchas veces como la Biblia budista. Se trata de una parte muy popular del Tripitaka, el canon budista de escrituras, y está considerado como uno de los textos más importantes de la literatura theravada. La versión más conocida es la pali.
Cómo estudiar «Es importante adoptar una actitud correcta ante las enseñanzas que se nos imparten. Si el objetivo con el que se escucha es obtener ventajas materiales, o reputación, no se está estudiando el Dharma como es debido. Nuestro objetivo tampoco debería ser mejorar nuestro próximo renacimiento o una liberación exclusivamente personal del samsara. Escuchemos lo que se nos enseña con el firme empeño de llegar al estado de la omnisciencia por el bien de todos los seres». SU SANTIDAD EL 14º DALAI LAMA. TÍBET
La rueda del Dharma La Rueda de Ocho Radios simboliza las enseñanzas de Buda. Los ocho radios simbolizan los elementos del Noble Sendero Óctuple. El remolino del centro representa las tres joyas: Buda, el Dharma y la Sangha (la comunidad espiritual budista). La rueda también puede estar dividida en tres partes, en representación de sendos aspectos de la práctica. El centro simboliza la moralidad; los radios, la sabiduría, y el borde, la concentración.
El primer signo del ser El dukkha (sufrimiento) entraña apego a los seres queridos, a nuestro cuerpo y especialmente a nuestros ideales, así como la condición generalmente insatisfactoria y pasajera de la vida. Como es lógico, los budistas no creen que la vida sólo sea sufrimiento, pero sí que no puede ser únicamente gozo, porque todo es transitorio. Incluso en la vida más feliz hay sufrimiento, y el cambio es inevitable.
El segundo signo del ser Vivimos en un universo en estado constante de fluctuación. Es el annica. Nada dura siquiera un momento. Nada de lo que podamos coger o tocar es inmutable. Nosotros, sin embargo, tratamos de abstraernos de este movimiento continuo e implacable, y hasta de combatirlo, en vez de fluir suavemente con la naturaleza de las cosas.
El tercer signo del ser El "no yo" (anatta) hace referencia a nuestro apego a cualidades y características que concebimos como una unidad: "yo". Nos identificamos con nuestras opiniones sobre el mundo tal como es y tal como debería ser. En muchos casos, la infelicidad humana nace de que la gente defiende su sistema de creencias o ataca el de los demás, cuando lo cierto es que son simples ideas y pensamientos, y que formamos una sola familia, la humana. El miedo a lo desconocido y el "yo" son dos caras de la misma moneda.
Todo pasa «Así debes considerar este mundo pasajero: como una burbuja en un arroyo, un relámpago en una nube de verano, una lámpara que parpadea, un fantasma, un sueño». SUTRA DEL DIAMANTE
Unidad imaginaria Una carreta (o un coche) se pueden desmontar en varias piezas básicas: los ejes, las ruedas, el bastidor, las tablas, etc. Del mismo modo, la combinación de varios elementos (skandhas) (el cuerpo, las sensaciones, la percepción, la volición y la conciencia) es lo que da origen al falso sentido de un "yo" permanente.
Reconocer el "yo" «Cuando nos acaloramos por algo, cuando nos cohibimos, cuando nos tomamos demasiado en serio, o cuando nos ponemos de mal humor sin poderlo evitar, está presente el "yo". Cultivar la conciencia, decir sí a la vida y mantenerse "en forma" despejan la ilusión del "yo" y nos permiten prescindir de ella». THE MIDDLE WAY (REVISTA DE LA BUDDHIST SOCIETY)
El triratna Las Tres Joyas (triratna) son los principios nucleares de la vida budista: fe en Buda, en el Dharma y en la Sangha (la comunidad del budismo). En la tradición mahayana, la Sangha incluye a los budistas legos y a la gente normal, mientras que la tradición theravada la restringe a los monjes y las monjas.
Refugios «Me refugio en Buda; me refugio en el Dharma; me refugio en la Sangha. Me refugio en Buda, el más venerable; me refugio en el Dharma, venerable en su pureza; me refugio en la Sangha, venerable en su armonía. Me he refugiado en Buda; me he refugiado en el Dharma; me he refugiado en la Sangha. El verdadero Tathagata de iluminación perfecta y completa. Por eso tengo fe en él como mi gran Señor, y a él recurriré como maestro, sin seguir a demonios malignos ni otros caminos. Por compasión, por compasión, por gran compasión». "LOS TRES REFUGIOS", CANTO MATINAL COMÚN A TODAS LAS ESCUELAS
No son dos «Amigos, mi enseñanza del Dharma se basa en la meditación y la sabiduría. No digáis en ningún caso que la meditación se diferencia de la sabiduría. No son dos cosas, sino una unidad. La meditación es la esencia de la sabiduría, y la sabiduría es la función de la meditación». HUI-NENG. CHINA
Enseñanzas perennes «El mundo entero está lleno de peligros. El mundo entero tiembla, pero el Dharma que predican los budas para alcanzar el objetivo final... es inamovible e inquebrantable». MAHAVASTU
Un solo sabor «Como el inmenso mar, que sólo tiene un sabor (el de la sal), el Dhamma tiene un solo sabor, el de la libertad». PIYADASSI THERA. SRI LANKA
La tortuga ciega Hay una historia de un sutra budista que ilustra lo que tiene de afortunado un nacimiento humano. Una tortuga ciega vive en las profundidades de un gran mar, y sólo sube cada cien años a la superficie, donde hay un yugo de oro. Es más fácil que la tortuga meta la cabeza en el yugo que el que un ser prisionero del ciclo del renacimiento nazca como un ser humano que entra en contacto con las enseñanzas de Buda. El nacimiento humano es una gema rara, y de valor incalculable, porque la única forma de hallar el camino de la liberación es como ser humano.
Demasiado «A veces, si vemos reflejadas demasiadas verdades a la vez sobre nosotros mismos en el maestro o en las enseñanzas, nos cuesta demasiado aceptarlas, nos da demasiado miedo reconocerlas o nos duele demasiado aceptar que son la realidad; y cuando nos cuesta demasiado reconocer determinadas cosas de nosotros mismos, solemos proyectarlas en las personas que más nos ayudan y quieren; nuestro maestro, las enseñanzas, nuestro padre o madre o nuestro mejor amigo». SOGYAL RIMPOCHE. TÍBET
Dejando la balsa Buda comparó sus enseñanzas con una balsa que nos permite cruzar las aguas turbulentas del samsara y llegar a la otra orilla, donde podemos encontrar el nirvana. Al llegar al otro lado debejos dejar atrás la teoría del budismo (como la balsa de verdad, que sería tonto llevarnos) y confiar en nuestros propios recursos.